Como otras casas-torre del valle, la de Balda fue derruída en parte por orden de Enrique IV, eliminando el aspecto defensivo de la torre del siglo XIII. Esta casa fue uno de los centros gamboínos durante la Lucha de Bandos.
Pero además, en esta casa vivió Marina de Licona, madre de San Ignacio, antes de desposarse con D. Beltrán de Loyola en 1467 . Conserva una pequeña capilla en honor al Santo fundador de los Jesuitas.
Ésta ha conservado los elementos de la etapa medieval, en la que tuvo gran protagonismo ligada al monasterio de Balda, la primitiva parroquia del lugar, hoy convertida en cementerio.
En la parte delantera, plaza Balda, hay una escultura de Oteiza.