Aunque ha sufrido varias transformaciones, aún conserva las 5 alturas y otra serie de huellas de la estructura de la planta cuadrada inicial. Como ejemplo, se pueden observar los 4 garitones del último piso que corresponderían con los 4 ángulos de la planta cuadrada del palacio original.
Los elementos más importantes de este edificio se concentran en la fachada principal que da a la calle Bidekurtzeta. La planta baja se abre con dos enormes arcos apuntados de gran belleza cuyas dovelas han sido cuidadosamente labradas. Sobre ellos, a la altura de la primera planta, se sitúa el escudo de armas de la familia Ondartza - Araotz coronado por la cruz de Santiago.
Más arriba, como en tantos otros palacios de esta época, el tamaño del escudo se multiplica para representar el escudo imperial con el águila bicéfala. Este escudo no deja lugar a duda sobre el importante cargo que debió ostentar el Comendador Ondartza al servicio de la realeza del siglo XVI. Cabe destacar la calidad del alero que sobresale de la cubierta, su talla se compara a la que podemos apreciar en el cercano palacio de Aroztegi.
Las fachadas laterales se han transformado considerablemente. Se han multiplicado los vanos y el edificio ha sido ampliado por la parte posterior adquiriendo un aspecto más alargado y palaciego.