En la fachada, en la parte central, sobre una pared casi desnuda aparece una impresionante portada que enlaza los tres pisos con tres órdenes de vanos; la puerta de entrada en la planta baja y balcones en el primer y segundo piso, además de las sencillas ventanas de los laterales.
El cuerpo central se desarrolla en vertical, estructurado a modo de retablo de una sola calle enlazando un piso con otro.
En el bajo, la entrada tiene un arco de medio punto y gruesas dovelas decoradas con motivos geométricos. En cada lado de la entrada aparece un par de columnas jónicas colocadas sobre un plinto adornado en su parte delantera con una cartela.
El piso principal muestra una distribución parecida: En el centro un vano adintelado aparece enmarcado por dos pares de columnas de orden compuesto sobre soportes que contienen también cartelas clásicas. Las columnas sostienen a su vez un friso decorado con una cadena de eslabones sobre el que se levanta un frontón partido. Adornándolo encontramos dos pares de bolas sobre pirámides, elemento muy habitual en el último tercio del siglo XVI.
El piso superior presenta un vano más pequeño, adintelado y con pilastras de orden compuesto. Las últimas investigaciones realizadas en torno a este palacio por el historiador del Arte Don Jesús Gil Massa han demostrado que es obra del maestro Pedro de Ibarra.