Su estructura volumétrica, junto con la rotundidad del conjunto, contrastan con los elementos decorativos que la sitúan dentro del gusto renacentista de la época.
La parte más interesante del edificio es la fachada principal que da ingreso a la casa. La ventana y el balcón situados a la izquierda de la fachada aparecen decorados con finas molduras. El balcón se enmarca con casetones labrados en piedra y aparece flanqueado por dos elegantes columnas sobre pedestal.
En el centro, sobre la puerta de acceso, se sitúa el enorme escudo de armas barroco de la familia Otalora y Aiala-Galartza, fruto del matrimonio entre Don Martín Ruiz de Otalora con Catalina de Galartza.
A la derecha, el escudo imperial situado bajo la ventana, es una muestra de la importancia que alcanzó esta familia en el siglo XVI. Se trata de un regalo del Rey Carlos I y su hijo, Felipe II, a Sancho de Otalora por los servicios prestados.
La zona más palaciega del conjunto se encuentra, sin lugar a duda, en la fachada sur. El corredor de madera del piso principal confiere al edificio un carácter residencial, alejado de la función defensiva que originariamente tenían estas construcciones en la Edad Media.